La mayoría de los viajeros que desde El Portal se dirigen a Puerto Real o al área recreativa de la Dehesa de La Yeguas por la llamada “Carretera de Bolaños”, reparan en un llamativo cartel que puede verse a la altura del km. 7, a la izquierda de la vía: “Cocodrilos Kariba”. Muchos conocen que se trata del indicador que anuncia los accesos a la única Granja de Cocodrilos de Europa. Más desapercibido, sin embargo, pasa un panel informativo que, en este mismo lugar, indica la presencia de los restos de un “puente romano”.
A juzgar por el aspecto de la construcción, el viejo puente de la Cañada Real de Arcos a Puerto Real, como señala el cartel, nos recuerda más a una obra medieval o a un puente de los siglos XVIII o XIX, similares a los que hemos visto en Arcos, o en el arroyo de Matarrocines, en el antiguo camino de El Puerto. Conocido como “Alcantarilla del Salado”, el puente conserva todavía la embocadura así como buena parte de sus pretiles y su arcada principal, formada por dos roscas de ladrillo que se asientan firmemente en estribos de canto. En su parte superior, todavía se aprecian los restos de la última reforma que quiso reforzar con hormigón su tablero, señal inequívoca de la utilidad que, hasta hace sólo unas décadas, prestó este viejo puente.
La alcantarilla permitía el cruce del Arroyo Salado de Puerto Real, que corre por entre las tierras de La Carrascosa, el Cerro de La Tinaja y La Zarza, buscando el Río San Pedro, en las cercanas marismas del antiguo estuario del Guadalete. Formaba parte de la Cañada de Arcos a Puerto Real, cuyo tramo jerezano es conocido como “Cañada Real de la Isla o de Cádiz y Puerto Franco” (a la que dedicaremos otro artículo) que arranca en el Puente de Cartuja, para seguir hasta aquí un trazado muy similar al de la actual carretera de Bolaños. Si bien hoy tiene un papel secundario, este camino fue, en otros tiempos, de gran importancia para la comunicación de nuestra ciudad con las poblaciones de la Bahía, ya que hasta la construcción de los primeros puentes sobre el Guadalete y el San Pedro en el Puerto de Santa María, ésta era la principal vía terrestre para llegar a Cádiz, a través del Puente Suazo, bordeando el estuario y las marismas.
Algunos autores sostienen que, un trazado parecido al que lleva en este tramo la Cañada Real de la Isla, era el que posiblemente seguía una calzada romana (tal vez la Vía Augusta) que procedente de Gades y Ad Pontem (Puente Zuazo) pasaba por las inmediaciones del Portus Gaditanus (uno de cuyos posibles emplazamientos pudiera haber estado en estas laderas de la zona de Mesas de Bolaños) y cruzaba el Guadalete, camino de Hasta Regia, por el vado de El Palmar del Conde, frente a El Portal. Conviene recordar que en las proximidades de este viejo puente, se han encontrado diferentes enclaves con restos de alfarerías romanas (El Tesorillo, Barja, Bolaños, La Zarza)… que nos permiten imaginar que esta vieja cañada bien pudo seguir el trazado de una calzada romana.
¿”Puente romano”?. Los restos que se conservan apuntan a una obra más reciente, que tal vez tuvo su origen en los primeros siglos de nuestra era, cuando la presencia romana en estas tierras está más que confirmada. En todo caso, el paraje bien merece una visita para observar los restos de la vieja alcantarilla, escondida entre lentiscos y acebuches, que podremos completar con un paseo por los senderos trazados (y señalizados) en las cercanías del puente. Desde aquí podemos enlazar con la Cañada Real del Camino Ancho. Esta vía forma parte del Parque de las Cañadas de Puerto Real, integrado en la red Andaluza de Vías Pecuarias. Viejos caminos por parajes donde se conserva el matorral típico del monte mediterráneo, entre pinos, lentiscos y acebuches, que nos esperan para ser recorridos.
Para saber más:
- González Rodríguez, R. y Ruiz Mata, D.: “Prehistoria e Historia Antigua de Jerez”, en Caro Cancela, D. Coord.: “Historia de Jerez de la Frontera. De los orígenes a la época medieval”. Tomo 1. Diputación de Cádiz. 1999, p. 135-136 y 153-154.
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Aunque no tenga nada que ver con el tema hay que ver como los dos hermanos García Lazaro se curran los temas, que generosamente ponen a disposición de todos. Y hay que verlos como aprovechan el tiempo para no perder el contacto con la naturaleza, como el otro día prismáticos en ristre oteando desde el inigualable Puerto del Boyar el ir y venir de las aves que cruzan los cielos de nuestra Sierra de Grazalema y el maravilloso horizonte del Salto del Cabrero. Pues allí mismo les interrumpimos en su observación para darles las gracias por la ingente labor que están haciendo y decirles que continuen, que mucha gente les apoyamos y felicitamos.
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ResponderEliminarRepetimos el anterior comentario en el que se había deslizado un pequeño error y te agradecemos tu amables palabras que NOS animan (y mucho) a seguir publicando cosillas..
ResponderEliminarYa lo sabéis, pero aquí otro ferviente seguidor.
ResponderEliminarSatie, se agrecede, el seguimiento es mutuo. Saludos. AGL
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