Tras nuestro recorrido panorámico por la vega baja del Guadalete, continuamos visitando, a través de una galería de imágenes, distintos puntos de la cuenca con lo que pretendemos ofrecer una visión general de los efectos causados por las lluvias de la última semana de diciembre en todo el valle. Las imágenes que se ofrecen corresponden al tramo del río Majaceite comprendido entre el embalse de Los Hurones y el Puente de Picao.
En las primeras fotografías se muestra la presa de Los Hurones que ha venido aliviando agua por el desagüe de fondo, situado a pie de presa, en la margen izquierda del canal de salida. Si los primeros días de desembalse vertía 200 m3/s., hoy 30 de diciembre, ha seguido desaguando a razón de 107 m3/s. A su paso por el Poblado de los Hurones, el Majaceite presentaba un caudal desbordante como consecuencia del desembalse. En la actualidad el pantano se mantiene “técnicamente lleno”, al 91% del total, por lo que almacena 116 Hm3 de los 123 que supone el límite de su capacidad. Estos desembalses, que se realizan por el desagüe de fondo y no por sus tres grandes aliviaderos en rampa, son imprescindibles para mantener un mínimo margen de seguridad ante los aportes que van a recibirse en los próximos días por las lluvias y escorrentías previstas.
Aguas abajo del poblado, el Majaceite discurre con “aguas bravas” por su estrecho cauce, al que nos podemos asomar en diferentes puntos desde la carretera que parte del cortijo de Rojitán hasta el Poblado de los Hurones. En una de las imágenes se le muestra al paso por Los Bermejales, antes de atravesar al pie de los Tajos de La Penitencia y de las faldas de La Atalaya, donde el valle se abre paulatinamente.
Las siguientes imágenes nos muestran al Majaceite, ocupando con su caudal todo su cauce, a su paso por las tierras de Algar, en las proximidades de los molinos de Echevarría y Carvajal. Este último puede apreciarse en las fotografías tomadas desde lo más alto del Viaducto del Sapo. El río, con una anchura de cauce sólo conocida en momentos de grandes avenidas, enfila después hacia las faldas de la Sierra de las Cabras, que sirve de telón de fondo a la escena, para pasar después junto al Cortijo de Picao y llegar así al reculaje del Embalse de Guadalcacín II, a los pies del nuevo Puente de Picao. Por último, y desde este puente que entró en servicio en 1997, puede comprobarse, día a día, como crece el nivel del pantano de Guadalcín que va cubriendo poco a poco los arcos del Viejo Puente de Picao, cuya imagen nos ha servido también para encabezar esta entrada.
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