Como consecuencia de las fuertes lluvias que desde hace una semana se están registrando en toda la cuenca del Guadalete, el embalse de Bornos viene desembalsando grandes volúmenes que algunos días han llegado a los 200 m3/s. El embalse de Arcos, situado tan sólo unos kilómetros aguas abajo de la presa de Bornos, ha tenido que aliviar estos mismos caudales, lo que ha provocado grandes crecidas del río a su paso por Arcos que han llegado a inundar distintos puntos, especialmente en el conocido Llano de las Huertas.
El pantano de Arcos, concebido como embalse de regulación ligado estrechamente al de Bornos, es el de menor capacidad de la cuenca (14 Hm3) por lo que puede afirmarse que, en estos días, ha renovado varias veces la práctica totalidad del agua que embalsa. Numerosas personas han acudido a pie de presa ante la impactante lámina que se vertía por uno de sus dos aliviaderos al abrirse parcialmente sus grandes compuertas.
El río ha llenado todo su cauce habiéndose desbordado en algunos puntos. Especialmente llamativo resultaba el paso del Guadalete en las cercanías del Puente de San Miguel o por el azud, recientemente restaurado, del Molino del Algarrobo que se ha visto desbordado por una gran avenida. Bajo los dos puentes de “la Peña” el río ha alcanzado también un nivel desconocido y ha ocupado todo su cauce habiendo inundado parte del sendero peatonal que se ha trazado en su ribera. La zona de arboleda ha sido también totalmente inundada.
A su paso por La Molina, el río ha rebasado ampliamente el gran azud que cruza el cauce. Si los primeros días de desembalse podría apreciarse ligeramente el salto de agua (como registran las fotografías), el día 28 de diciembre, cuando la crecida ha alcanzado sus mayores puntas, ya no se distinguía.
Junto al Guadalete, el arroyo Salado de Espera ha experimentado también desbordamientos en las cercanías de Arcos. La carretera Arcos-Gibalbín hubo de ser cortada porque el Salado sobrepasó el puente de esta vía en la zona de Jadramil, dejando una gran lámina de barro cuando en los días siguientes bajaron las aguas su nivel. A su paso por La Mina, el arroyo formó grandes lagunazos junto al puente de la carretera Jerez-Arcos, inundando los olivares y campos próximos a su cauce. A la altura de la antigua “Venta de La Mina”, la vieja alcantarilla de ladrillo por la que cruzaba el Salado el camino de Arcos a Jerez, ha estado a punto de ser sobrepasada por las crecidas de este arroyo que se une al Guadalete en la Junta de los Ríos.
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Que imágenes tan increibles. Parecía que nuestro río era un arroyo y está demostrando que es un río de verdad al que hay que tomar en serio. Felicidades hermanos...
ResponderEliminarMagnificas fotos.
ResponderEliminarGracias por compartir.
En tono de HUMOR. Es la historia del ultimo Rey visigodo escrita a la ligera y en pulcro modo
ResponderEliminarAl pasar Don Rodrigo el Guadalete
sintió cierto fresquito en el ojete
y este singular percance hizo
que allí mismo largase un gran chorizo
de tan grandes y estupendas dimensiones
que han durado novencientas generaciones
pero todavia quedará algun resto
para aquel que atentamente leyere esto.