La Consejería de Medio Ambiente y la Universidad de Granada han elaborado el
catálogo-inventario de Manantiales y Fuentes de Andalucía con el que pretenden promover una estrategia de conservación de estos elementos tan singulares de nuestro patrimonio ambiental y cultural. Entre las más sobresalientes de las que han sido incluidas en el término municipal de Jerez, destaca una muy poco conocida: la
Fuente de la Salud. Ubicada en las proximidades de la localidad sevillana de
El Cuervo, brota en el paraje conocido como
Peñas del Cuervo, próximo a la
Laguna de los Tollos con cuyo acuífero está relacionada. Su entorno, lamentablemente, se encuentra muy alterado como consecuencia de las excavaciones que se realizaron en una cercana cantera. Antes de que desaparezca definitivamente, queremos recordar hoy aquí la importancia de este enclave que es preciso proteger y conservar.
Como es sabido, los manantiales son, de alguna manera, los rebosaderos de las aguas subterráneas, los puntos por los que estas afloran a la superficie de manera natural. Cuando estas surgencias han sido facilitadas, acondicionadas o conducidas por la mano del hombre, las denominamos fuentes. Estos grandes “depósitos” de agua en el interior de la tierra suelen asociarse a materiales geológicos más o menos permeables o porosos en los que el agua queda retenida y almacenada. En
nuestro entorno buena parte de ellos se corresponden con formaciones calizas (como en el caso del manantial de
Tempul o el Nacimiento de Benamahoma, el mayor de todos ellos), aunque también son numerosos los casos de acuíferos formados por materiales detríticos, como en la Fuente de la Salud. Aquí, los paquetes de arenas silíceas actúan como una gran esponja subterránea, rodeada por materiales impermeables que impiden que el agua progrese hacia capas más profundas, lo que lleva a su afloramiento en superficie (como en la cercana Laguna de los Tollos) o a través de pequeñas fuentes y manantiales como la que hoy visitamos.
Un paraje singular:Los escarpes de las Peñas del Cuervo se encuentran situados escasamente a un km. al sur de esta población sevillana. Llegamos a ellos desde la calle que parte, a la derecha de la carretera, frente a la conocida Casa de Postas, y atravesando el casco urbano nos desviamos después por un camino a la derecha, que linda con campos de cultivo y que nos conduce a las afueras de la
localidad. Se trata de una antigua vía pecuaria, la
Cañada de Casinas, que en buena parte ha sido usurpada por edificaciones o utilizada como vertedero y escombrera.
El camino deja a su izquierda los cortados de la antigua cantera, hoy ocupados parcialmente por construcciones y corrales y a la derecha, una zona de huertos, invernaderos y cañaverales donde
aflora la surgencia de la antigua Fuente de la Salud, que, digámoslo ya, dejó de existir en su antiguo emplazamiento hace casi dos décadas como consecuencia de la explotación de la cantera y la posterior ocupación de su antiguo emplazamiento.
Algo más adelante, la cañada toma altura ofreciéndonos una singular perspectiva de las antiguas
marismas de El Cuervo y pasando a los pies del punto más alto de las Peñas, donde se encuentra el depósito de aguas que abastece a la población y una antena de telefonía. En este punto los cantiles y cortados alcanzan su máxima desnivel y nos ofrecen una auténtica lección de geología al aire libre. En el corte estratigráfico que las labores de la cantera provocaron pueden verse los potentes paquetes de arenas, cubiertos en su parte superior por un estrato de calizas lacustres que, en algunos puntos, forma una cornisa que se nos antoja “colgada” en el aire.
Continuando nuestro camino, a la izquierda del camino nos seguirán acompañando los escarpes y trincheras de la antigua
cantera de El Tollón, una concesión minera que inició sus trabajos para la extracción de arenas silíceas en 1985 y que cesó su actividad hace unos años dejando
tras de si las grandes cicatrices en el paisaje que hoy vemos. En un sector de la explotación, ya en el tramo final del camino, observaremos grandes fosos y trincheras que quedaron sin restaurar y que se inundan parcialmente por afloramiento del freático. Aunque una parte de ellos está siendo “restaurado” tras la creación de un vertedero autorizado de escombros, el paseante podrá comprobar como en diferentes sectores de la cantera, aparecen signos evidentes de vertidos incontrolados. Se arrojan aquí escombros, enseres y materiales no autorizados pudiendo afectar con ello a las aguas del freático que terminan así por contaminarse.
La cañada que bordea las peñas del Cuervo se une, un poco más adelante, al camino rural que desde El Cuervo se dirige a la cercana Laguna de los Tollos, en las proximidades de la entrada de la
Viña Santa Lucía, que nos muestra aquí una singular portada. Desde este lugar podremos acercarnos para visitar la laguna o continuar, atravesando el puente que cruza la autopista, hacia la carretera que se dirige a Gibalbín…. Pero volvamos a la Fuente de la Salud.
Un manantial milenario.Con independencia de que la Fuente de la Salud fuera obra de los antiguos pobladores de la zona que, a buen seguro, canalizaron una surgencia natural, la naturaleza geológica del paraje de las Peñas del Cuervo, justifica en buena medida la existencia de manantiales en este lugar.
Como podremos observar, en las capas más superficiales que coronan este paraje afloran calizas y margas blancas que, a modo de cornisa rocosa, pueden verse en distintos rincones, en la parte superior de los taludes de la cantera o en los estratos blanquecinos que despuntan sobre las primeras construcciones adosadas a los taludes. Se trata de
calizas lacustres del
Plioceno Superior, rocas formadas geológicamente en el fondo de lagos o zonas pantanosas. Estos materiales pueden incluir
nódulos de sílex que fueron explotados por los asentamientos protohistóricos establecidos en la zona, como han puesto de manifiesto los estudios de
J. Ramos y otros autores.
A través de estos materiales el agua se infiltra, encontrándose entonces con potentes estratos de arenas pliocenas que quedan a la luz en los cortes efectuados para la extracción de áridos,
como hemos podido ver junto a la Cañada de Casinas. El paseante curioso podrá observarlos detenidamente a todo lo largo del paraje que conforman las “Peñas del Cuervo” descubriendo sus llamativas coloraciones en tonos blancuzcos, amarillentos o rojizos.
Estos bancos arenosos albergan un importante acuífero (que ha sido dañado por la cantera), debido a que en su base aparecen materiales
impermeables del
Mioceno Superior, constituidos fundamentalmente por arcillas margosas de tonos grises y azulados, que impiden que el agua penetre a niveles inferiores. Ello provoca su afloramiento superficial cuando se alcanzan niveles de saturación (caso de la Laguna de los Tollos), o a través de pequeñas surgencias y manantiales. Este último caso se da en los lugares de contacto entre los materiales impermeables y los paquetes arenosos “empapados” de agua que, por circunstancias geológicas y topográficas (cortes, taludes, pequeñas fallas…), quedan al descubierto –como en el paraje de Las peñas de El Cuervo- , donde se producían afloramientos naturales como el de la antigua Fuente de la Salud.
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