No todos los días se le quita el “tapón” al fondo de un embalse para dejarlo sin agua. Sin embargo algo parecido ha pasado en el conocido “Lago de Arcos” que se ha quedado casi vacío, al haber desalojado más del 80% del volumen embalsado a través de sus compuertas.
El pasado 4 de febrero, la Agencia Andaluza del Agua inició las tareas de desembalse para dejar el vaso del pantano con la menor cantidad de agua posible, al objeto de realizar tareas de mantenimiento en las compuertas. A lo largo de estos días ha desaguado casi 12 hectómetros cúbicos de los 14 que es capaz de embalsar, de manera que, en la tarde del miércoles 9 de febrero presentaba el aspecto que se recoge en las fotografías.
Hacía más de veinte años que no se realizaba esta operación que, aunque resulta controvertida para muchos, es también necesaria para poder dejar las compuertas en seco, limpiar su cara interna que permanece permanentemente inundada y aplicarle el oportuno tratamiento anticorrosivo de acuerdo a los protocolos de seguridad y mantenimiento. En la tarde de ayer, como muestran las fotografías, un potente chorro de arena iba eliminando la gruesa capa de lodos y óxidos acumulados en una de las compuertas ante la atenta mirada de muchos vecinos. Como nosotros, habían acudido a presenciar esta insólita visión del “Lago de Arcos”, que aunque conservaba al pie de la presa una pequeña lámina de agua, aparecía vacío en buena parte de su superficie.
Conviene recordar que la presa de Arcos entró en funcionamiento en 1966 para servir de “contraembalse” o embalse de derivación, del de Bornos, situado aguas arriba, también en el curso del Guadalete. De escasa capacidad (14 hm3, frente a los más de 200 hm3 de aquel) permanece casi siempre lleno y a un nivel constante, para proporcionar agua al canal de Tablellina, que arranca junto a la presa, en su margen derecha, y con el que se riega una parte de la Vega de Arcos hasta las proximidades de La Pedrosa y la Junta de los Ríos.
El aspecto que presentaba el embalse era muy llamativo, ya que el descenso en más de 6 metros del nivel habitual había dejado al descubierto buena parte de las 280 hectáreas de superficie ocupadas de manera permanente por la lámina de agua, que se limita ahora a la zona más cercana a la presa. La Agencia Andaluza del Agua ha anunciado también que el bajo nivel del embalse se aprovechará para realizar un estudio fotogramétrico (mediante fotografía aérea) que permitirá calcular la capacidad real que actualmente tiene el vaso del pantano. En este sentido, hay que recordar que desde su puesta en funcionamiento, en el que se calculó su volumen, los depósitos de sedimentos en toda su superficie habrán hecho disminuir su capacidad. Esto es lo que se quiere evaluar a través del citado estudio.
En relación a la posible incidencia negativa del desembalse en las comunidades piscícolas y en la avifauna, los responsables de la AAA han manifestado que se ha seleccionado esta época del año por ser la que “garantiza un menor daño a las aves y los peces. De la misma manera aseguran que la maniobra provoca, efectivamente, una disminución de la oxigenación del agua que queda en el embalse, por lo que se realiza en el momento del año en el que los niveles de oxígeno disuelto son mayores para procurar que la mortandad de peces que pueda producirse sea la mínima. De la misma manera han manifestado que no afectará al periodo reproductivo de las aves nidificantes en las orillas y colas del embalse.
No opinan lo mismo desde Ecologistas en Acción, cuyos representantes en Arcos han denunciado en un comunicado que la AAA “vacía el pantano de Arcos sin tener prevista la limpieza de la basura de sus márgenes y sin respetar su avifauna”. Como informa su portavoz, Luciano Lozano, “el vaciado será casi total, lo que afectará a las aves y peces de su hábitat. Los ecologistas se preguntan si hoy día no existe una tecnología y personal especializado que permitan tareas de limpieza y mantenimiento de unas compuertas sin tener que vaciar un pantano y dejando morir a parte de su fauna. Al mismo tiempo, recuerdan que existen viviendas ilegales en sus márgenes, algunas denunciadas por ellos mismos, y vertidos de todo tipo que ahora quedarán al descubierto.”
Para los ecologistas, “la consecuencia podría ser la mortandad de muchos peces y la huida temporal o permanente de muchas aves que habitan en el paraje natural de la cola del pantano. Por otro lado, aunque esta situación es para varias semanas, la salubridad de la zona se podría ver afectada.”.
En nuestro recorrido desde la presa hasta las colas, hemos podido comprobar que las orillas del vaso del embalse se muestran ahora descarnadas en muchos lugares, dejando ver los pequeños escarpes y desniveles que en algunos puntos son casi verticales. De la misma manera, han quedado al descubierto los vertidos que en todos estos años se han ido acumulando junto a las orillas. Neumáticos, escombros, objetos metálicos, chasis de motos, enseres domésticos, plásticos y botellas, muchas botellas, podían verse salpicando los casi 13 km de perímetro que tiene el embalse.
Especialmente llamativa resultaba la acumulación de neumáticos a los pies del Mesón de la Molinera. Junto al que fuera en su día el embarcadero del mítico “Mississippi”, -aquel barco turístico que en la década de los 70 atracaba junto a los pies del mesón-, las orillas del lago aparecían cubiertas de neumáticos de tractores y camiones, utilizados en su día para defensa de las embarcaciones de aquel precario “puerto deportivo”. Lo mismo podía verse a los pies de los pilares del pequeño muelle pesquero que lleva el nombre del que fuera concejal arcense Enrique Lázaro.
Como informan desde Ecologistas en Acción, “parece ser que la AAA, incomprensiblemente, no tenía previsto retirar la basura, por lo que la Delegación Municipal de Medio Ambiente ha previsto su limpieza, aunque los trabajos en el pantano no son materia de su competencia”.
En nuestro recorrido por las orillas pudimos ver como algunos miembros de un club de pesca arcense retiraban enseres y botellas de las orillas junto a la Molinera, a la vez que se lamentaban de que desde las administraciones con competencias no se hubiese aprovechado la ocasión para realizar una limpieza a fondo. “Esta mañana ha estado aquí una cuadrilla del Ayuntamiento… pero aunque se han llevado algo, aquí quedan la mayoría de los trastos y vertidos sin recoger”, nos decían, mientras retiraban a mano lo que podían, en las cercanías del pantalán de La Molinera. ¿Se ha perdido una ocasión única para realizar una limpieza a fondo de las orillas? ¿No es posible todavía, llevarla a acabo? Creemos que si. Y que es necesario que se haga.
Siguiendo la orilla por el Santiscal, llegamos hasta las colas del embalse, declaradas como Paraje Natural por sus valores ecológicos. Incluido en el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, este paraje se nos mostraba en toda su desnudez, como una gran lámina de lodo húmedo en la que destacaban las manchas de carrizos y eneas, ahora sin sus moradores habituales, las aves acuáticas, que se concentran en los alrededores de la presa y que esperan, un poco desconcertadas y aturdidas, como los peces, que el embalse vuelva de nuevo a ser el “Lago de Arcos”.
Parece mentira queno se haya previsto quitar todas esas gomas y cacharros
ResponderEliminarNo ocurre nada en la provincia que no sepáis...
ResponderEliminarno es lógico que no se aya limpiado esa basura, pudiendo ser un lugar de atractivo turístico para arcos, ¡es un vertedero!
ResponderEliminarEfectivamente, es una lástima que no se haya aprovechado la ocasión. Las cercanías del Mesón de la Molinera son un vertedero bajo las aguas del "lago.
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