
Junto al Salado de Caulina, uno de los arroyos que se unen al Guadalete en la vega baja es el Buitrago que, aunque de corto recorrido juega un papel fundamental para el drenaje de un amplio sector de la llanura aluvial.
Este arroyo, que hoy presenta una apariencia modesta, con un cauce que en buena parte ha sido canalizado entre grandes parcelas de cultivos, es citado ya en los documentos del primer tercio del siglo XV que hacen referencias a los pleitos de lindes y amojonamientos y era bien conocido desde antiguo debido a la necesidad de su vadeo al ser paso obligado de todos los




Tras rodear la barriada rural de Las Pachecas el Buitrago es cruzado por otro puente, el de la Autovía Sevila-Cádiz, dirigiéndose ya al encuentro con el Guadalete a la altura de las Casas del Torno, en las proximidades de la Estación de Bombeo del Bajo Guadalete. En este lugar cruza el arroyo por una curiosa alcantarilla, la carretera que une el Puente de Cartuja con Puerto Real, siguiendo el trazado de la antigua Cañada de la Isla y de Cádiz.


El paraje donde el Buitrago se une al Guadalete ha sido siempre un “punto negro” para la dinámica fluvial de ambos ríos, donde se formaba un autentico tapón de sedimentos sobre los que se habían asentado grandes pies de eucaliptos, estrechando el cauce y entorpeciendo seriamente la evacuación de las aguas del arroyo. En numerosas ocasiones hemos visto como la

El mismo Guadalete estrechaba también su sección en este punto donde su propia corriente impedía la


Buena parte de estos problemas van a verse atenuados con las obras de restauración ambiental que se han realizado en este punto a lo largo de los meses de agosto y septiembre pasados y que todavía continúan,

con la eliminación de sedimentos y eucaliptos en la margen izquierda del Guadalete, aguas arriba, en dirección al puente de la autopista Sevilla-Cádiz.
El lector curioso podrá comprobarlo sobre el terreno, visitando el paraje. Basta para ello tomar el desvío que desde el viejo Puente de Cartuja nos lleva, hasta la confluencia del Buitrago y el Guadalete, tras pasar bajo el puente de la citada autopista. Si lo preferimos también podemos acceder al lugar desde El Portal desviándonos, en este caso, a la izquierda y cruzando en un corto recorrido los Llanos de las Quinientas.

El punto donde se unen los ríos aparece ahora despejado y nos permite asomarnos a las galerías del Guadalete, donde se han eliminado no pocos eucaliptos y donde a buen seguro se regenerará la alameda y los sotos de sauces y tarajes ahora que la luz encuentra menos obstáculos al disminuir la bóveda que formaban las altas copas de los eucaliptos. De la misma manera, la retirada de buena parte de los sedimentos que se acumulaban en la desembocadura del Buitrago, así como el ensanchamiento de su cauce, permitirán una mejora notable en la circulación de las aguas y en su evacuación en momentos de crecidas. Ya sólo queda que las riberas sean colonizadas de nuevo por especies autóctonas y que se mejoren los obstáculos que suponen algunas obras de infraestructura para que el efecto de futuras inundaciones se vea sensiblemente atenuado.

A quienes no puedan visitar el lugar, les dejamos algunas imágenes de la zona en la que pueden apreciar los cambios realizados.
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