En las dos anteriores entregas nos hemos ocupado de algunos aspectos históricos acerca del origen y evolución de la Laguna de Torrox, del desvío del Arroyo de Morales (o Guadajabaque) a la “nueva laguna” y del proyecto de recuperación de su entorno para la creación de un gran espacio “verde y azul” en este rincón de la ciudad. Vamos a asomarnos ahora a la parte menos conocida de esta obra y a las perspectivas de recuperación real en un futuro de este antiguo humedal, cubierto hoy, en buena parte por el lodo y la vegetación.
El canal de desagüe o aliviadero.
Como ya se ha indicado, la antigua laguna de Torrox, no tenía una salida natural al Guadalete siendo una pequeña cuenca endorreica, es decir, cerrada que, al rebosar en periodos de intensas lluvias, inundaba amplios espacios y desaguaba, sólo parcialmente, a través del Arroyo Morales al río.
La derivación de buena parte de la cuenca de este arroyo directamente a los estanques de la “recuperada” laguna, requería la creación de una comunicación directa con el Guadalete para permitir una evacuación de los caudales de inundación que confluyen en este punto en momentos de grandes precipitaciones. Nos referimos al conocido como “canal de desagüe o aliviadero de Torrox”.
Panorámica del tarajal que cubre el primer estanque
En una visita que la consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Fuensanta Coves, realizó a la ciudad el 3 de marzo de 2005 para informar del comienzo de la construcción del desagüe de la laguna, se hicieron públicas las principales características de esta obra, adjudicada a la UTE RUS-ARPO, por un importe de 5,9 millones de euros que se concluiría casi dos años después. El denominado “aliviadero” de Torrox serviría para conducir las aguas aportadas por la cuenca del arroyo Morales hasta el río Guadalete en aquellas crecidas que no pudieran ser retenidas en los estanques.
La obra realizada consistió en un canal de 3,1 km de longitud que permite aliviar un caudal de 40 metros cúbicos por segundo. El primero de los tramos discurre a cielo abierto y tiene la sección trapecial característica que vemos también en muchos canales de riego. Está revestido de hormigón y tiene 1.400 m de longitud. Para su trazado fue necesario realizar grandes trincheras entre los cerros de albariza, como se aprecia en las fotografías que adjuntamos. El segundo tramo, de 1700 m., está formado por cajones rectangulares de hormigón armado y es subterráneo. El túnel por el que se canaliza arranca prácticamente bajo el un punto en el que cruza por este lugar la conducción del acueducto de los Hurones, que atraviesa también estos cerros hacia los Depósitos de la Sierra de San Cristóbal.
El canal de desagüe de Torrox desemboca en el río Guadalete, aguas abajo del punto por el que el canal de la EDAR entrega sus aguas ya depuradas al río. En enero de 2007 pudimos fotografiar la construcción de uno de sus tramos, frente a la Depuradora, pudiéndose apreciar en las imágenes la estructura en cajones de este sector del canal. Hace unos años, cuando se realizaban los grandes desmontes para la construcción del canal, sólo era posible contemplar las obras desde la lejanía de los cerros circundantes. Una vez terminadas, se cerró el camino de servicio del canal que partía junto al aliviadero del segundo estanque. Sin embargo, cuando semanas atrás, antes de las primeras lluvias de octubre, nos acercamos de nuevo al lugar, comprobamos que este acceso había quedado lamentablemente expedito, ya que los “amigos de lo ajeno” han robado parte del vallado y hasta las puertas de hierro que lo cerraban. Sirva esta denuncia pública para reclamar su pronta sustitución en evitación de riesgos mayores.
Como los lectores podrán comprobar en las imágenes que acompañan a este reportaje, sorprende el llamativo “tajo” que se ha tallado en las lomas de Torrox y Parpalana para dejar paso al primer tramo del canal, aunque nos tememos que la excesiva pendiente de las laderas provoque aterramientos del camino de acceso y del propio desagüe, como ha quedado ya de manifiesto con los desprendimientos de tierra y lodos arrastrados por las últimas lluvias que han formado profundas cárcavas en las laderas.
Junto al canal principal, las obras de este gran desagüe se completaron con otros elementos como los canales de entrada a la laguna (junto a la obra de fábrica del arroyo Morales que cruza bajo la N-IV frente a la bodega de W. & H.), el aliviadero o salida de aguas del segundo estanque, que vierte por rebosamiento al canal principal, y la “obra de entrega al río Guadalete”, una gran embocadura con aletas de hormigón protegidas con escolleras que se levanta en el punto donde “desemboca” el desagüe. Este lugar está próximo a la salida de aguas de la EDAR y situado río arriba de la barriada rural de El Portal.
La “recuperada” Laguna de Torrox cinco años después.
Así pues, en la actualidad se encuentra “terminada y en funcionamiento” la obra de recupe-ración de Laguna de Torrox y su desagüe de manera que, al menos en teoría, se pueden paliar las reiteradas inundaciones que se venían sufriendo en este sector de la ciudad. ¿Pero sucede así en realidad?
Como es conocido, las zonas de cotas más bajas de esta cuenca por donde discurre el arroyo Morales se ven frecuentemente anegadas los años lluviosos. Pese a las actuaciones realizadas estas inundaciones no quedan resueltas con la obra de la Laguna de Torrox. Sí puede afirmarse, sin embargo, que con esta infraestructura se eliminarán en buena medida los problemas de inundaciones aguas abajo de la laguna, es decir se evitarán los desbordamientos de esta cuenca cuasi endorreica que anegaba distintos sectores de la Zona Sur y del Poligono Industrial El Portal.
Por el contrario, los problemas aguas arriba de la actual CN-IV, seguirán produciéndose y además, como nos recuerda un reciente informe de AJEMSA (1), estas inundaciones periódicas son necesarias para el correcto funcionamiento de la laguna y su desagüe y para evitar su completo aterramiento. Es decir, es indispensable disponer de zonas inundables aguas arriba de Torrox para evitar males mayores en el entorno de la laguna y en los sectores aguas abajo, muchos más poblados y construidos. Por eso resulta vital evitar la urbanización de las amplias llanadas por las que discurría el arroyo de Morales, la cañada de Guadabajaque, Corchuelo y Moro, la cañada de la Loba… Es preciso mantener libres y despejadas esas dilatadas vaguadas, con extensos bajos encharcadizos, que las lluvias transforman en vastos aguazales donde se laminan las escorrentías de una cuenca nada despreciable. Buena parte de estos terrenos han sido convertidos en las últimas décadas en escombreras y vertederos. Se han llevado a cabo en estos lugares grandes movimientos de tierra y numerosos rellenos sobre los que se construyeron las actuales bodegas de Williams & Humbert, el polígono industrial de la carretera de Sanlúcar, las infraestructuras de la Ronda Oeste, las grandes áreas comerciales de
Luz Shoping y Área Sur… Con todo ello se ha alterado de manera sensible el paisaje y la topografía y se ha perdido así una gran superficie para la laminación de las crecidas. Conviene no olvidar que, cada vez que se registren intensas precipitaciones, las aguas seguirán buscando su salida natural arrastrando tierra y lodo… hacia la laguna “escalonada” de Torrox, donde se depositarán los sedimentos. Las consecuencias de todo ello las hemos visto en estos años cuando se han producido las primeras lluvias fuertes: el primero de los estanques ha quedado prácticamente saturado y sobre las tierras arrastradas por el arroyo se ha desarrollado un denso tarajal inutilizando así el primero de sus vasos.
El problema creado no tiene fácil solución. Los vecinos reclaman, con razón, la retirada de los sedimentos acumulados en el estanque, operación que se ha venido retrasando por lo elevado de su coste y que parece que ya está programada para el próximo verano. Aún en el caso de que se lleve a cabo, existen muchas posibilidades de que estos problemas vuelvan a repetirse cada vez que se produzcan grandes lluvias si no se interviene aguas arriba. Así lo
expone un reciente informe de AJEMSA (1) que al referirse a la cuenca del arroyo de Morales señala que: “… Esta cuenca presenta el problema de los aterramientos que se sufren en la parte baja de la misma y que actualmente están dejando a la Laguna de Torrox sin capacidad de almacenamiento, es necesario actuar con Administraciones Publicas (Agencia Andaluza del Agua) y la Delegación municipal de Urbanismo para que los sectores urbanizables que se van a disponer en las márgenes del citado arroyo compensen este problema con la ejecución de un proyecto que evite la deposición de estos sedimentos en la laguna de manera que queden capturados con anterioridad y se puedan limpiar con facilidad de manera periódica”.
Se puede decir con otras palabras pero no más claro. Lástima que AJEMSA, redactora con la GMU del proyecto inicial de recuperación de Torrox, no lo hubiese previsto antes. Y es que, tal como se deduce del citado informe, será necesario “capturar” los sedimentos aguas arriba de la laguna con “la ejecución de un proyecto” (¿otra “laguna” que a su vez también se aterraría con los arrastres de aguas arriba?) a cargo de los promotores de las futuras áreas urbanizables que se habían previsto en las márgenes del arroyo hasta los límites de la Ronda Oeste. Habida cuenta del “parón urbanístico” que ya sufrimos en la ciudad y que parece que va para largo, no se vislumbra otra solución a corto o medio plazo para los problemas de aterramiento de la laguna de Torrox, más allá de la retirada de sedimentos… cada vez que estos saturen el vaso de la laguna. Un solución muy costosa y que por tanto hace del problema “un gran problema”.
Torrox, una gran zona verde para la ciudad.
Como ha quedado dicho, la recuperación de Torrox no se reducía a una obra de ingeniería hidráulica sino que planteaba también la rehabilitación de un humedal y la restauración de un entorno degradado para transformarlo en una gran zona verde.
Pese a las buenas intenciones, será difícil que Torrox pueda transfor-marse en una “laguna” al uso con la fauna y vegetación natural que suele acompañar a los ecosistemas palustres, básicamente porque tanto sus márgenes como su fondo apenas se han naturalizado. No obstante, hemos visto como en estos años han crecido en el vaso de los estanques carrizos, juncos, tarajes… especies habituales en los humedales. Los tarajes han colo-nizado por completo el primero de los estanques de la mano del nuevo suelo aportado por los sedimentos de tierra y lodo. De la misma manera frecuentan ya la “laguna” distintas especies de aves propias de estos ambientes acuáticos, en especial limícolas -como las omnipresentes cigüeñuelas- y anátidas. Estas últimas están representadas por especies como ánade real, porrón común, pato colorado, ánade friso, malvasía cabeziblanca… Cormoranes, calamones, flamencos, avocetas, patine-gros, garcillas, martinetes… son otras de las muchas especies de aves acuáticas de las que se han visto ejemplares en la “laguna.
Torrox ha sido también colonizado por las carpas, que han sido tristes protagonistas este verano. La evaporación y las altas temperaturas provocaron una fuerte bajada del nivel de oxígeno disuelto en el agua de los estanques, lo que ocasionó la muerte masiva de carpas. En las fotografías que pudimos hacer durante la última semana de agosto se refleja el testimonio de este lamentable episodio que ha puesto también en evidencia otro de los proyectos que no llegó a cumplirse: el prometido bombeo de agua depurada desde la EDAR de Jerez para que la laguna mantuviera sus niveles estables durante todo el año. El deterioro de las instalaciones de la estación de bombeo y de sus cuadros eléctricos lo dice todo. A título anecdótico, quedará para la pequeña historia de la laguna la presencia en sus aguas de una cría de cocodrilo del Nilo, de 80 cm. de longitud, que fue detectada en sus aguas y que costó casi un mes capturar, en septiembre-octubre de 2007.
Las distintas repoblaciones con las que se pretendido reforestar el cinturón de la laguna para dotarlo de una densa arboleda no han tenido mucho éxito por falta de riego, habiéndose perdido muchos de los pies sembrados. Aún así, podemos encontrar representantes de distintas especies en la banda perimetral que, a modo de zona verde se extiende a ambos lados del camino que rodea la laguna. Según los sectores, destacan ejemplares de pino carrrasco y pino piñonero, fresno común, almez, algarrobo, acebuche, lentisco, taraje, ombú, sófora... Sólo un adecuado mantenimiento posibilitará que la laguna cuente algún día con la arboleda que se proyectó en sus márgenes.
El penúltimo episodio de esta ya demasiado larga “recuperación” de la laguna de Torrox se ha escrito recientemente al anunciar la creación de un área recreativa en Torrox en la que el Ayuntamiento tiene previsto, con cargo al Plan Urban “…levantar kioscos, bares y un restaurante, además de servicios públicos, duchas y vestuarios. No faltarán tampoco “equipamientos para actividades de ocio y deportivas combinadas con zonas de descanso y un parque para mayores y elementos de ejercicios de rehabilitación… un parque infantil; pistas de skate; y una novedosa zona para la práctica de paintball ecológico. Dentro de los equipamientos culturales para este espacio libre de 165.000 metros cuadrados -al margen del humedal- se contempla la construcción de un auditorio al aire libre y templetes de música para conciertos, actuaciones teatrales, cuenta-cuentos y títeres y marionetas. "La propuesta es muy ambiciosa porque tenemos claro que cuanto más atractiva sea y más contribuya a revitalizar esta zona deprimida habrá más posibilidades de que la UE vea de buen grado el proyecto de recuperación integral", insistió la delegada municipal de Medio Ambiente”. (2)
Ver Laguna de Torrox, Arroyo de Morales y cuenca tributaria. en un mapa más grande
Los vecinos se muestran ya algo descreídos ante tantos grandes planes proyectos y por nuestra parte pensamos que hubiese sido preferible apostar por intervencio-nes más sostenibles y respetuosas con el entorno. Cada vez que venimos por Torrox y contemplamos la laguna desde lo alto de Gibalcón, o desde los cerros de Parpalana, nos gusta pensar que la antigua laguna de Torrox podría haber sido aquella que en Jerez andalusí era conocida como “laguna de las Aves” de la que el profesor Abellán apunta que se situaba al sur de la ciudad (3). Nos tememos que, en todo caso, la vieja laguna de Torrox sólo se recuperará cada vez que visitemos los paisajes de la memoria.
Para saber más:
(1) Memoria de la gestión municipal del servicio público de abastecimiento domiciliario de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales. Ayuntamiento de Jerez. Diciembre de 2011. Pgs. 46.
(2) ”El Consistorio costeará con el Plan Urban un área recreativa en Torrox. Diario de Jerez 17 de Octubre de 2010..
(3) Pérez, J.: Poblamiento y administración provincial en al-Andalus. La cora de Sidonia”. Ed. Sarriá, Málaga, 2004. pag. 141.
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y sobre la Laguna de Torrox...
La Laguna de Torrox (1): crónica de una recuperación “fallida”.
Tras las huellas del Guadajabaque y del Arroyo de Morales: la Laguna de Torrox (2)
El artículo no puede estar mejor. Muy bien hecho y muy bien explicado. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias Alfonso por tus comentarios. Y más viniendo de el mejor bloguero de Jerez -además de un inisigne "Torrólogo"-... No veas el miedo con que paseábamos después de que publicaste aquello de "Misterios en la Laguna de Torrox", a lo "Cuarto Milenio"... Y lo que nos reimos luego cuando revelaste el misterio, ja, ja...
ResponderEliminarMuchos vecinos estamos estos días mirando el nivel de la laguna que ya ha empezado a desalojar agua. Es una pena ver que por el tragante de la carretera no entra más que barro que la está cegando. ¿Cuando lo quitarán? ¿Cuando este lleno del todo y el agua rebose?
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