Junto a los vertidos al cauce que contaminan directamente las aguas del Guadalete, las presiones más significativas a las que se encuentra sometido el río son las derivadas de la usurpación y degradación de las márgenes y riberas. Aunque en algunos tramos se ha realizado ya un deslinde y se ha señalizado, siquiera de manera precaria el “territorio” propio del río, en la mayor parte de su recorrido parece no haber una clara definición de los límites del Dominio Público Hidráulico. Y todo ello, a juzgar por la proliferación en sus riberas de corrales, casetas, cabañas y huertas, que traen de la mano la consiguiente destrucción de los sotos y arboledas y la instalación de los cercados, vallados y cerramientos que vemos en tantos lugares.
Si la degradación de los paisajes ribereños ofrece un aspecto casi “tercermundista” de muchos rincones de la campiña, aún más deplorable resulta la abundancia de escombreras y “puntos negros” en las riberas del río donde aparecen vertidos de residuos, de enseres domésticos y de obras. Y es que, de un tiempo a esta parte, las orillas del Guadalete se están convirtiendo en algo parecido a un vertedero.
Con las obras de limpieza de cauce realizadas estos años atrás, se eliminaron parcialmente los rellenos de escombros que tanto impactaban en los alrededores del Puente de la Greduela o los que ocupaban buena parte del antiguo Vado de Medina, junto al Puente de Cartuja. Aún persisten sin embargo los existentes junto al Cerro de la Batida, donde se aprecian en las orillas, entre la arboleda, restos de viejos canales de hormigón, chapas y otros trastos que causan un notable impacto paisajístico en uno de los parajes más hermosos de la vega baja. Con todo, uno de los lugares más castigados por las escombreras es el situado en los alrededores del azud del Portal, que hoy denunciamos aquí ante las proporciones que están alcanzando los vertidos.
Conviene recordar que el primitivo azud fue construido a finales de la década de los 60 del siglo pasado, para regar las tierras de la comarca noroeste (Rota, Chipiona, Sanlúcar) a través de un canal que arranca en la cercana sierra de San Cristóbal donde llega impulsada por la estación de bombeo situada junto al azud. En 2004 se iniciaron las obras de un nuevo azud móvil, hoy paralizadas, que se encuentran ya muy avanzadas, pero que han sufrido diferentes interrupciones después de otras tantas promesas de finalización. A consecuencia de estas obras fue preciso realizar un cauce alternativo y el azud “provisional” que actualmente vemos.
Justo en este lugar, la explanada situada en la orilla izquierda del río, junto a la antigua traza del ferrocarril, se ha visto transformada en las últimas semanas en una inmensa escombrera. Llama la atención el volumen de material y las dimensiones del escombro depositado donde destacan grandes losas de hormigón, restos de muro de ladrillo, tubos y restos de conducciones eléctricas, enormes bloques de cemento que debieron formar parte de la cimentación de torres metálicas, losas de acerado, planchas de asfalto….
Sorprende que la misma orilla del río, donde ya fue destruido el cinturón de sauces que crecía en la ribera al excavarse este cauce provisional, se haya transformado en una gran escombrera que sería, a todas luces, una aberración de grandes proporciones, amén de una actividad ilegal que reclamaría de inmediato graves sanciones y la retirada de los vertidos a sus causantes.
Si lo que se está haciendo es acopiar material de relleno y escombro “pesado”, para cubrir el cauce provisional cuando sea puesto en marcha el nuevo azud, debe recordarse que lo que aquí se está depositando no es material inerte y que entre los vertidos y escombros hay también elementos contaminantes. En todo caso se precisan respuestas antes de que, como sucede cada vez que alguien arroja algún tipo de vertidos en la orilla de una cañada o en cualquier punto de la ribera, se produzca el “efecto llamada” y terminen por convertirse las orillas del río –una vez más- en un vertedero.
Agustín.
ResponderEliminarLos vertidos que se ven en las fotografías (aceras con canalizaciones eléctricas) son muy probablemente de obras de algún ayuntamiento.
El responsable de los vertidos de obras no es solamente el constructor, si no el promotor, y tiene su responsabilidad también el director de las obras.
La actual legislación prohibe este tipo de vertidos sean o no inertes y es un agravante este tipo de vertidos en zonas sensibles medioambientalmente(como son los cauces de los rios).
Actualmente nadie que se dedique a la construcción desconoce estos hechos y su actuación solo puede ser a mala fe y por ahorrarse el canón de la gestión de los residuos que produce.
Un saludo