
En distintas ocasiones nos hemos ocupado en estas crónicas dominicales de “entornoajerez” del nombre de muchos de nuestros parajes, de su posible origen,

En el caso que hoy nos ocupa, nos hemos acercado a la pedanía arcense de Jédula, hasta un rincón familiar para los viajeros que circulan entre Jerez y Arcos, por encontrarse junto a la antigua carretera y la actual autovía. Se trata del lugar conocido con los llamativos nombres de Hazas de La Matanza y La Matancilla, que si en la actualidad alberga fértiles tierras decultivo, fue en otros tiempos una extensa dehesa de encinas y acebuches.

Este paraje se encuentra en las inmediaciones de Jédula, a ambos lados de la carretera que desde esta población parte hacia la Junta de los Ríos, extendiéndose hasta las tierras bajas que se encuentran a los pies del cortijo de La Cantarera y del Cortijo Nuevo, denominadas antaño Llanos de Don Carlos (1).




En los campos de La Matanza y La Matancilla.


¿A qué “matanza” y a qué “muertos” pueden referirse estos curiosos topónimos? El historiador

“Irritados los benimerines con la muerte de su infante, salieron de Algeciras, y corriendo los campos de Jerez, Arcos y Medina Sidonia, lleváronse muchos ganadosy multitud de cautivos. A la noticia de aquella algara salieron de Jerez mil trescientos jinetes con su bandera y comenzaron a seguir el rastro de los moros. Más diligentes, los vecinos de Arcos en número de trescientos habían dado ya sobre los moros, y mantenían con ellos recia pelea. Mientras tanto, los de Jerez que extraviados habían perdido la huella de los moros y vagaban por el campo, oyeron desde alguna distancia el grito “Arcos” con que nuestros paisanos se animaban en la pelea, y acudiendo a rienda suelta apellidando “Jerez” mezcláronse entre los combatientes.
Animados los de Arcos con el socorro, redolaron sus esfuerzos, y arrollados los moros emprendieron la fuga, dejando el campo lleno de muertos y despojos. Esta insigne victoria en que mil seiscientos caballeros de Arcos y Jerez derrotaron completamente a más de tres mil jinetes moros tuvo lugar a dos leguas de Arcos, en el sitio llamado Haza de la Matanza entre los cortijos de Casablanca y Jédula. Allí quedó cautivo El Botuz (sic), moro principal de quien fiaba todos sus negocios el rey Albohacen (sic)” (4).

Jerezanos y arcenses contra los benimerines.
Si indagamos en las fuentes escritas, la Gran Crónica de Alfonso XI da cuenta de este episodio, y aunque lo sitúa entre Arcos, Medina y Xerez, no apunta el lugar exacto donde pudo suceder este hecho histórico que será después interpretado con distintas versiones por los

“E en tanto que el rrey don Alonso fue a Valençia, estos caualleros moros, desque llegaron a Algezira, por mostrar que se non tenían por vençidos, entraron a corrertierra de Arcos e de Xerez e de Medina Sidonia, e llevaron los ganados que fallaron e pieça de homes catiuos. E los caualleros de la mesnada del rrey que estauan en Xerez supieronlo; e por quanto non auian mayoral por quien catasen, tomaron el pendon del conçejo de Xerez e dieronlo a vn cauallero que anduviese quanto pudiesse con aquel pendon ca todos le siguirian. E con la gran priessa del andar, erraron el camino por do yuan los moros e ayuntaronse a otra parte. E los moros andavan quantom pudieron con la presa, ca sabien que estauan en Xerez caualleros por fronteros. E yuan en pos de los moros siguiendo el rrastro
pocos de omes de Xerez e de Arcos. E los moros entrando por un valle, aquellos pocos de christianos que seguían el rrastro subieron eçima de vn otero, e vieron el pendon de Xerez e los caualleros que lo leuauan e que yuan muy desviados de aquel camino; e por esso dieron de si dos hombres que gelo fuesen a decir y ellos, en quanto yuan los otros a hazer el mandado, por detener, manguer que los christianos eran muy poca conpaña, commençaron la pelea, llamando los christianos: Arcos!. E los moros no se les daua nada por ello, por quanto veyan que eran pocos e otrosi por que no llamauan Xerez, e tuvieron que
aquellos christianos venían de escarnio e que los de Xerez no venían en pos dellos. E los caualleros que yuan con el pendon de Xerez, desque supieron que los moros yuan alli, vinieron quanto pudieron luego del rrecuesto e fueron a ferir en ellos. E en aquellos primeros golpes los moros arredraronse los vnos de los otros, e por esto ouo muy pocos feridos de aquella espolonada. E luego los moros ayuntaronse todos e tornaron a los christianos e lançaron las azagayas en ellos. E los christianos fueron todos aguijando ayuntados contra ellos muy de rrezio, de manera que los moros no pudieron boluer a ellos otra vez ni catar sino a fuyr. E los christianos siguieron el alcançe firiendo e matando en ellos, e mataron muchos dellos.
Y en estos cativaron vn cauallero moro que dezian el Botuyn, el ome de quien mas fiaua el rrey Alboaçen. E fueron allí muertos muchos moros de gran cuenta; e de quantos allí fueron no escaparon mas de hasat trezientos, e los otros fueron muertos y catiuos. E tornaron los christianos toda la presa que los moros llevauan; e vinieron a Xerez con el pendon e con gran honrra” (6).

Hoy día, los campos de cultivo de La Matanza y La Matancilla, en las cercanías de Jédula, donde crece el trigo y el girasol, permanecen ajenos a aquellas luchas de frontera que, pese al paso de los siglos, han dejado sus ecos en estos singulares topónimos.
Para saber más:
(1) Pérez Regordán, M.: Nomenclátor de Arcos de la Frontera. El Campo. Consejería de Cultura, Junta de Andalucía, 1999, p. 187.
(2) A. y J. García Lázaro: Con el Padre Coloma por las tierras de La Matanza, Diario de Jerez, 17 de Mayo de 2015. También A. y J. García Lázaro: La Batalla de Los Cueros, Diario de Jerez, 25 de Mayo de 2015.
(3) Pérez Regordán, M.: Nomenclátor de Arcos de la Frontera… Obra citada, p. 187
(4) Mancheño y Olivares, Miguel: Apuntes para una Historia de Arcos de la Frontera. Edición de María José Richarte García. Servicio de Publicaciones de la UCA y Excmo. Ayto. de Arcos. 2002. Vol. I. pg. 55.
(5) Rallón, E.: Historia de la ciudad de Xerez de la Frontera y de los reyes que la dominaron desde su primera fundación. Edición de Ángel Marín y Emilio Martín, Cádiz, 1997, vol. II, p. 51.
(3) Catalán Menéndez-Pidal, D.: Gran crónica de Alfonso XI. Edición crítica y estudio. Madrid: Seminario Menéndez Pidal . Ed. Gredos, Madrid, 1976. Vol. 2 Pg. 301-302.
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
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Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 5/02/2017
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