Cuando nos referimos al patrimonio histórico o monumental de Jerez, por regla general, tendemos a pensar en clave urbana, limitando así los elementos que integran nuestro rico legado a aquellos edificios, iglesias, monumentos, o jardines históricos que podemos admirar en la ciudad. Junto a ellos, conviene recordar que entre los Bienes Catalogados de nuestro municipio aparecen otros muchos que se encuentran dispersos en distintos rincones de las campiñas. Una parte de ellos están amparados bajo el régimen de protección de Bien de Interés Cultural (B.I.C.), constituyendo en muchos casos un referente de primer orden en el paisaje en el que se enclavan y al que se encuentran vinculados por razones históricas y culturales.
De monumentos… y ruinas
Como es de suponer, la lucha por evitar la ruina y el mantenimiento y conservación de estos “monumentos” es asunto complejo. Como ejemplos positivos y de que se pueden dar pasos hacia la puesta en valor del patrimonio, en los últimos años se han venido realizando en distintos rincones de la provincia, tanto por la iniciativa pública como por parte de propietarios privados, obras de consolidación y de restauración de castillos, lienzos o torres. De la misma manera, se han potenciado o facilitado las visitas a las personas interesadas… Recordemos a modo de ejemplo los casos de Zahara y Olvera, la apertura del castillo de Arcos a visitas concertadas o el más conocido de la Torre de Matrera en Villamartín cuya restauración, no exenta de polémica, recibió numerosos premios internacionales.
Por citar ejemplos más cercanos a nuestra ciudad, así lo han entendido también los propietarios del castillo de Gigonza que desde hace ya un tiempo vienen organizando visitas concertadas a esta antigua fortaleza. Sus dependencias fueron también notable casa de baños en los pasados siglos y, poco a poco, se están mejorando para poner en valor ese importante elemento patrimonial de la campiña que, no en balde, pasa por ser uno de los castillos mejor conservados y de mayor interés de nuestro alfoz. Destacable es también el esfuerzo de bodegas Fundador, que han incluido la visita a la Torre de Macharnudo en una singular propuesta turística que combina el disfrutar de los mejores paisajes de viñedo del marco de Jerez, la degustación de los excelentes caldos de su bodega y los atractivos históricos de este enclave de la campiña.
En el otro lado de la balanza contemplamos, con más pena que gloria las torres, atalayas y castillos repartidos por el territorio, incluidos todos ellos en la categoría de “monumento” y que, salvo meritorias excepciones, se encuentran seriamente amenazados y algunos de ellos se caen, literalmente, a pedazos ante la pasividad de todos, ignorando que algunos de esos elementos podrían ser un atractivo turístico y cultural importante y un complemento a otras iniciativas de desarrollo rural.
Así, nadie se ocupa de que la vegetación no termine por arruinar el viejo castillo de Berroquejo, levantado en el reinado de Alfonso X, como el de Torrestrella o el de Peña Arpada, para el control de la frontera, al que las higueras y acebuches que crecen entre sus muros acabaran por destruir. El torreón del Cerro del Castillo, en Torrecera, muestra ya desplomado uno de sus lienzos sin que lleguen nunca las obras de consolidación o rehabilitación que reclama a gritos. Enclavado en la finca Torrecera, que recibe numerosas visitas a su magnífica bodega donde se elaboran los afamados vinos Entrechuelos o Alhocén, podría ser un complemento cultural e histórico extraordinario (¡ya quisieran muchas bodegas tener un castillo en sus viñedos!) que debieran sopesar sus propietarios, para intentar salvar así lo que queda de esta torre vigía almohade, antes de que desaparezca definitivamente.
La Torre de Melgarejo se desploma.
Con todo, uno de los casos más preocupantes es el de la conocida Torre de Melgarejo, tan cercana a la ciudad y visible para quienes transitan por la autovía Jerez-Arcos. A buen seguro, en las últimas semanas, muchos de los viajeros habrán podido observar con tristeza como su esquina de poniente se está desplomando. Una parte de los muros se ha venido, literalmente, al suelo, dejando a la vista la bóveda de cañón de una de las salas del antiguo castillo. Si a comienzos de agosto podía observarse un pequeño desprendimiento de bloques en el hueco de lo que fue una ventana, a día de hoy, tal como muestran las fotografías que adjuntamos, la esquina de los muros se ha arruinado formando un considerable cono de derrubios apreciable desde la carretera. Como se aprecia desde el exterior, las techumbres colindantes con los muros amenazan también con arruinarse a juzgar por los grandes bloques de piedra sueltos que se aprecian sobre la bóveda de una de las salas laterales, que ha quedado al descubierto.
La proximidad al Circuito de Velocidad y a importantes vías de comunicación y establecimientos hosteleros siempre nos hizo creer que, en un corto o medio plazo, la vieja torre y sus dependencias se recuperarían para el turismo o la hostelería tras ser consolidada y restaurada, pudiendo integrarse así en distintas iniciativas de desarrollo rural, habida cuenta de que constituye un elemento histórico y arquitectónico de gran interés.
Estos días, sin embargo, sólo albergamos malos augurios al contemplar el inexorable y rápido avance de la ruina y el desplome de los muros y techumbres. Una ruina que hay que parar cuanto antes, desde la propiedad de la Torre antes que nada y, si fuera preciso, con las pertinentes ayudas públicas también para que no termine por perderse definitivamente.
Quienes quieran conocer la historia de la Torre de Melgarejo y la curiosa leyenda que tiene asociada pueden consultar el siguiente enlace:
https://www.entornoajerez.com/2014/01/una-leyenda-para-un-castillo-en-la.html
No hay comentarios :
Publicar un comentario