En la anterior entrega iniciamos un recorrido histórico e iconográfico en torno al escudo de Jerez que, como se dijo, tiene su origen en las armas que el rey Alfonso X otorgó a la ciudad tras su conquista a los musulmanes.
Como apuntamos entonces, las primeras referencias proceden ya del siglo XIII y hay constancia de que además de en los blasones jerezanos y en el de algunas de sus familias más poderosas, las ondas del mar figuraban en el pendón y se utilizaban también en el sello “oficial” de la ciudad.
Al menos desde el siglo XIV se usaba ya en los documentos del Cabildo, tal como se deduce de un revelador testimonio que el historiador y archivero municipal Agustín Muñoz y Gómez halló en las actas capitulares correspondientes al 31 de agosto de 1468, donde se afirma que: "Fué dicho que el sello questa çibdad tiene, non era bueno, ni estaua en él las armas desta çibdad, tan perfetas como estauan en el pendón desta çibdad; que se deuia faser otro sello, é que fuesen en él puestas las armas desta çibdad é orladuras é campo dellas, segund é en la manera que en el dicho pendón estauan sennalados" (1).
“Con orla de castillos y leones”.
Si en nuestro anterior artículo apuntábamos referencias documentales al emblema jerezano en el siglo XV (Libro del Alcázar, Memorial de Juan Román…), en los siglos posteriores aparecen también en nuestros más renombrados historiadores locales. En su Historia de Xerez de la Frontera, Gonzalo de Padilla (s. XVI) abunda también en el significado de nuestras armas muy ligadas a las permanentes luchas fronterizas. Así relata que, tras la toma de la ciudad y el repartimiento de las casas, tierras y heredades “entre los más
beneméritos de los que se havían hallado en latoma de ellas y dioles grandes previlegios, preheminencias y livertades y les encargo mucho la guarda y defensa de la ciudad, pues veían quanto en frontera estavan de moros, y assi como gente que siempre havía de vivir con inquietud y alteración les dio por armas las ondas del mar a quien havían de imitar en el poco sosiego y reposo que havían de tener con la vecindad de los moros. Y por orla castillos y leones en memoria que havían de padecer qualquier trabajo por su señor natural, Rey de Castilla y de León” (2).
Mayor dramatismo y expresividad aporta el padre Martín de Roa (1617) en su explicación, y relata cómo tras la toma de Jerez por el Rey Sabio y la obligada marcha de sus pobladores árabes “…poblola de caballeros, e hijosdalgo de su exercito, i dioles la mar por armas con orla de los castillos i leones de España: símbolo de los peligros en que los dexava por frontera de los enemigos; a quien con invencibles ánimos harían rostro, i aún harían como leones, i como fuertes castillos defenderían la entrada, y costa de Andaluzia, como verdaderamente la defendieron entonces, i la defienden en todos tienpos, i sucesos de guerra…” (3).
A mediados del s. XVII, el historiador Esteban Rallón aporta su visión con respecto al escudo heráldico local y su significación señalando que: “Poblada nuestra ciudad de tantos y tan buenos caballeros, como veremos en su lugar, le dio por timbre y divisa las ondas del mar azules en campo de plata, con una orla de castillos y leones de sus colores reales, por símbolo de la fortaleza de que se necesitaba para defenderse de los enemigos que por mar y tierra había de ser continuamente combatida y a quien como firme roca había de resistir, para cumplir con las obligaciones en que los ponía, dejando a su cargo plaza de tanta importancia; y
para que sus naturales viéndolas delante de sus ojos cada día, juzgasen que veían venir aquellas ondas enemigas, que habían de intentar contrastar la dureza de sus pechos. Esta explicación da el mismo rey don Alonso a nuestro escudo, como lo veremos adelante en un privilegio” (4).
De gran interés es también la versión del historiador Bartolomé Gutiérrez (s. XVIII), por cuanto aporta en su versión un dato curioso del que no hemos encontrado referencias: la existencia de unas anteriores armas de la ciudad (estrellas y luceros), que fueron cambiadas por las concedidas por el Rey Sabio. Este es su testimonio: “habiendo pedido los caballeros que puso el Rey en éste Alcázar, armas para ella, les dio el Rey por armas, las olas del mar, orladas de castillos y leones, por ser cosa que siempre está en combate y movimiento y espuestos al peligro, y desde entonces mudó el senado el modo de armas antiguo, de esta Ciudad que eran las estrellas o luceros, que hoy se registra en sus principales puertas, hízoles el Rey otras mercedes… y les dio en fe sus armas Reales que son las que orlan al escudo de las olas del mar: fue su primer Alcaide el dicho Dn. Nuño de Lara, Alférez mayor, Fortún de Torres y su Teniente Garci Gómez Carrillo: al alférez fue a quien se le hizo entrega del primer Pendón que se enarboló por el Cristianismo en esta Regia fortaleza” (5).
Un itinerario por los escudos de la ciudad.
Tras este paseo por la historia, les proponemos realizar también un recorrido por la ciudad para conocer de cerca los muchos escudos que se conservan en calles y plazas y que, de una manera u otra, cobran significado a la luz de los anteriores relatos.
En piedra caliza o arenisca, en mármol blanco o rojo; en yeso, escayola o cemento, en hierro fundido, bronce o latón; en madera…; en edificios públicos, en casas solariegas, en monumentos, en el mobiliario urbano…; de distintos materiales y épocas, sobre los más variados soportes y formas, el antiguo escudo heráldico está hoy más presente que nunca en muchos rincones de la ciudad.
Entre los más notables y conocidos destacan el de la fachada del antiguo Cabildo en la plaza de la Asunción (S. XVI), situado sobre la puerta principal y labrado en piedra de Martelilla, como otros dos antiguos y hermosos escudos que se exponen en el Museo Arqueológico. Ya en el interior del Cabildo, destaca en la primera sala –cubierta por bóvedas vaída- otro escudo de Jerez situado en el testero de la derecha, en altorrelieve sobre cantos de arenisca. Sobre la Puerta del Arroyo (siglo XVI) se conserva un escudo en caliza gris, de formas menos elaboradas que los anteriores.
En arenisca de la sierra de San Cristóbal se labraron también los escudos que se conservan en la Fuente de la Alcubilla (finales del XVI) y en la Ermita de Guía (S. XVII). El primero ocupa el centro del frontón trapezoidal que remata el muro de sillares almohadillados donde se ubicaban los caños de la fuente. Los segundos, son apreciables en la fachada de la ermita, en la base de sendos jarrones pétreos que flanquean el frontón triangular situado sobre la puerta de acceso. Ya en el interior del templo, otro gran escudo ocupa la parte central de la bóveda. También del siglo XVII, es el escudo de la antigua Casa de las Comedias, en el patio trasero del palacio del Conde de los Andes, que aún puede verse sobre la puerta de acceso en la calle Santa Isabel. Otro notable escudo de interés, tal vez del mismo siglo, es el que corona el dintel de una casona de la plaza de Vargas. Apunta Muñoz y Gómez, que esta casa solariega perteneció a los descendientes de Garci-Pérez de Vargas, Alcaide de la ciudad en el s. XIII, de los que toma también nombre la plaza. “Dicha casa conserva en su portada el escudo, ó blasón de la familia, que consiste, á semejanza del de la ciudad, en la ondas del mar orladas de castillos y leones, si bien en menos número, según concesión que á dicho Garci-Pérez, hizo el ilustre conquistador de Xerez, D. Alonso el Sabio” (6). En la plaza de Silos puede verse también otro singular escudo sobre la casa del nº 13. Refiere el citado autor que esta casa fue labrada por la ciudad en 1710 para Panera o Granero del Pósito, siendo utilizada para este fin hasta 1850. Desde 1876 y hasta finales del XIX fue también cuartel de la Guardia Civil (7). La Catedral, cuenta también con algunos escudos de la ciudad en diferentes elementos del exterior y el interior del templo, como en los clavos de sus puertas principales o en algunas rejas. Del siglo XVIII es también el escudo de Jerez, inciso sobre la lápida de una inscripción conservada en la antigua alhóndiga de la ciudad, el actual Edificio Los Arcos, sede de la Delegación de Urbanismo, fechada en 1768.
Más modernos en el tiempo, realizados ya en el siglo XIX, son los escudos que lucen sobre el Arco del Triunfo de la Alameda Vieja (1862), levantado para la visita de Isabel II y labrado en arenisca, o el de mármol rojo que corona la Casa de las Aguas del manantial de Tempul (1866).
El escudo de piedra situado sobre la puerta de entrada del actual Ayuntamiento fue colocado cuando este edificio, antiguo Hospital de la Caridad, pasó a albergar las nuevas instalaciones del Consistorio jerezano en 1840. Como no podía ser de otra manera, el edificio del actual Ayuntamiento incluye en su interior numerosas representaciones del escudo de la ciudad (en las puertas de acceso, en sillones y sillas de madera, en los tapices que cuelgan en el salón de plenos o en las salas capitulares…).
De finales del XIX es la fachada remodelada del actual colegio Cervantes, obra del arquitecto municipal José Esteve, que presenta también dos escudos de la ciudad a ambos lados de la puerta principal.
En el siglo XX, con la proliferación de edificios y dependencias municipales, la presencia de la enseña local se multiplica por todos los rincones de la ciudad. Así, luce sobre las fachadas de diferentes edificios que se construyen o se adaptan para colegios públicos en las primeras décadas de este siglo.
Este es el caso del colegio Carmen Benítez (donado a la ciudad en 1912) y adaptado por el arquitecto municipal Rafael Esteve, quien construyó también el colegio Soto Flores, ubicado en la calle Santa Clara e inaugurado en 1929. Ambos tienen sobre sus puertas sendos escudos de Jerez de forma circular. La antigua escuela municipal de Santo Domingo, dirigida por el pedagogo Julián Cuadra y Orrite (hoy Sala Julián Cuadra del Museo Arqueológico), cuenta también con sendos escudos de hierro fundido en su fachada, mientras que otro de piedra preside la entrada del edificio del Museo.
La antigua Escuela de Comercio, creada por Juan J. del Junco y Reyes en 1921, y trasladada al edificio del antiguo convento de la Victoria en 1928, tuvo sobre sus puertas el escudo de la ciudad y aún se conserva sobre la antigua entrada de la calle Ponce. En el CEIP Al-Ándalus (antiguo Colegio Franco, inaugurado en 1940) se conserva un curioso escudo de ladrillo en su fachada y en la sede de la Biblioteca Municipal (plaza del Banco), los estantes de la gran sala central están presididos por un singular escudo de Jerez realizado en madera.
En otros muchos edificios y monumentos de Jerez, pueden verse distintas versiones del escudo de la ciudad. Este es el caso de la fuente de Los Albarizones, remodelada por el arquitecto Fernando de La Cuadra en 1944, donde luce uno labrado en arenisca. Notables escudos lucen también la antigua sede de la Caja de Ahorros de Jerez en calle Francos, o sobre la Puerta del Alcázar, de mármol, instalado en 1972 al reconstruirse la puerta de acceso desde sus cimientos.
Los monumentos –civiles o religiosos- incluyen también en sus pedestales una variada representación de escudos de la ciudad. Este es el caso del dedicado a Rafael Rivero (1883), con un pequeño escudo en mármol, o el del monumento al Sagrado Corazón de Jesús (1919) que se alza en los jardines de la Capilla del Calvario, que presenta un gran escudo ovalado de arenisca.
El monumento a Miguel Primo de Rivera, en la plaza del Arenal, obra del escultor Mariano Benlliure (1929) tiene también un escudo de Jerez realizado en bronce, sobre el que figura una imagen con el perfil del general. El dedicado la Virgen de la Asunción, obra de Fernando de la Cuadra (1952) y con esculturas de Juan Luis Vasallo Parodi, tiene también en su pedestal un escudo de Jerez y el motivo de las ondas del mar en la base del monumento. Más cercano a nuestros días, el monumento a la Virgen del Rocío (2007) incluye también un escudo de la ciudad en bronce.
La descripción de la variedad de formas y materiales en los que se representa nuestra enseña en los distintos rincones de Jerez, daría para muchas páginas. Para terminar y no cansar al lector mencionaremos algunos singulares escudos de azulejos cerámicos como los que pueden observarse en la Estación del Ferrocarril (1930), en la Iglesia de San Dionisio (donde el escudo se muestra también en su vidriera central), en La Cartuja, en el Ayuntamiento de La Barca, en algunas calles de Guadalcacín... luciendo las ondas del mar rodeadas de castillos y leones.
Como dato curioso apuntaremos que los escudos de diferentes pedanías jerazanas han tomado como referencia el viejo escudo de Jerez y cuentan con el motivo de las ondas del mar como parte de su enseña local. Este es el caso de El Torno (con ondas amarillas sobre fondo azul sobre las que aparece la silueta de un cortijo), de Estella del Marqués (ondas azules sobre fondo blanco con una loma y tres árboles sobre ellas), el de Guadalcacín (similar al de Jerez pero cruzado en diagonal por una rama de algodón), y el de Nueva Jarilla (con ondas azules sobre blanco y dos vacas pasantes con una rueda de carro en el centro y dos espigas en los lados). También el escudo de San José del Valle, cuyo término se segregó del de Jerez, conserva en su escudo las ondas azules sobre fondo blanco, sobre las que vuela una paloma con una flor en la boca, sobre un campo verde.
Otros curiosos escudos se encuentran repartidos en muchas calles de Jerez (Ceniza, Granada…), en las farolas del alumbrado público, en el antiguo pavimento de la Plaza del arenal, en el reloj del Gallo azul, en las tapas de las arquetas del servicio de aguas, en bancos, en las puertas de muchas dependencias municipales… Dejamos para otra ocasión la presencia del escudo heráldico municipal en los tres últimos siglos en etiquetas de vinos, carteles de Feria, Semana Santa o Fiestas de Otoño, grabados, pinturas, folletos y libros, medallas, monedas…
A buen seguro que el Rey Sabio, autor de este “logotipo” que nos identifica como ciudad, no esperaba que fuese a pervivir tantos siglos… O quizás sí, porque las ondas del mar, símbolo del desasosiego y de los embates que los jerezanos tendrían que soportar ante los ataques permanente de las adversidades, siguen siendo un elemento muy actual para definir también los tiempos que vivimos en el presente.
Para saber más:
(1) http://www.jerez.es/ciudad/estadistica_y_demografia/simbolos_de_la_ciudad/el_escudo_de_jerez/, consultada el 09/10/2016
(2) Gonzalo de Padilla.: Historia de Xerez de la Frontera (siglos XIII-XVI). Introducción, edición e índices de Juan Abellán Pérez, Agrija Ediciones, 2008, p. 29.
(3) Martín de Roa (1617): “Santos Honorio, Eutichio, Eſtevan, Patronos de Xerez de la Frontera”. Edición Facsímil, Ed. Extramuros Edición S.L., 2007. Cap. VI, p. 21-22.
(4) Rallón, E.: Historia de la ciudad de Xerez de la Frontera… T. 1, p. 275.
(5) Gutiérrez, B.: Historia de la Muy Noble y Leal Ciudad de Xerez de la Frontera, (Jerez, 1886 edición facsimilar de 1989, t. II, p 22.
(6) Muñoz y Gómez, A.: Calles y Plazas…, p. 156
(7) Muñoz y Gómez, A.: Calles y Plazas…, p. 104
Observación: situando el cursor sobre una fotografía, podremos leer el pie de foto. Si pulsamos sobre cualquiera de ellas, podrán verse todas a pantalla completa.
Para ver más temas relacionados con éste puedes consultar Paisajes con Historia, El paisaje y su gente, Patrimonio en el medio rural, Como las ondas del mar. El escudo de Jerez: un recorrido histórico e iconográfico (1).
Artículo publicado en DIARIO DE JEREZ, el 16/10/2016
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