El 25 de noviembre se conmemora cada año el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres”.
Esta forma de violencia,, que cuenta en la actualidad con el más absoluto rechazo social, constituye una gravísima vulneración de los derechos humanos a la vez que supone la mayor discriminación y atentado al derecho a la igualdad entre mujeres y hombres. Por ello es considerada como la forma más extrema de desigualdad que, desgraciadamente, tiene muchas veces como resultado el asesinato y, en todos los casos, la brutal ruptura del proyecto de vida de muchas mujeres y sus hijas e hijos.
En Jerez, el último crimen machista se produjo el pasado 10 de septiembre del año pasado, un triste suceso que supone la máxima expresión de esta violencia contra la mujer. De la misma manera, cada año se reciben cientos de denuncias que, sin llegar a tan trágicos extremos, muestran con claridad el largo camino que todavía queda por recorrer para la erradicación de la violencia machista contra las mujeres. El año pasado doblaron en la provincia de Cádiz los casos de violencia contra las mujeres.
Desgraciadamente, el problema viene de lejos. Desde siempre, diríamos con tristeza y pesar, tal como hemos comprobado en numerosas ocasiones cuando, en busca de información sobre otros asuntos en la prensa local, nos hemos tropezado en numerosas ocasiones con noticias que apuntan a casos de malos tratos contra la mujer, con una frecuencia que nos deja helados.
En lo que sigue, hemos querido hacer esa mirada al pasado mostrándoles algunas de estas noticias, recogidas extraídas del diario local El Guadalete, la mayoría de los años 1901, 1920 y 1924, que nos dibujan cuan arraigada estaba en nuestra ciudad la violencia machista contra las mujeres en casi todos los ámbitos de la vida.
La primera de ellas se refiere a una "paliza" a una mujer por su "ex-amante" en la venta del Paraíso, que se ubicaba junto a la rotonda del número "1", de la Ronda Este, con intervención de médicos, juez y con necesidad de hospitalización por las graves lesiones. Obsérvese que, como en todos los casos que siguen, se publicaba el nombre de los agredidos... y de los agresores. (El Guadalete, 3 julio 1901).
En numerosas ocasiones, los malos tratos y las agresiones, tienen lugar por hombres borrachos, lo que lejos de ser una eximente, como en tiempos pasados sucedía, debiera haber sido siempre una agravante. (El Guadalete, 5 Dic 1924).
De nuevo, un "ventorrillo de la carretera de Cartuja" es el escenario de las agresiones. Obsérvese el comentario "gracioso" (hoy sería intolerable) del periodista que , aunque entrecomillado, duele. (El Guadalete, 7 Julio 1901).
Otro caso de violencia, protagonizado por un hombre borracho, en esta ocasión contra su mujer y su hija, lo que era muy frecuente. ¿Se imaginan que hoy día se publicitara, como entonces el nombre del agresor para su público conocimiento? (El Guadalete, 10 Dic 1924).
En este caso no es la esposa ni la hija. La agredida es la madre quien sufre las agresiones de su hijo. El periodista destaca el hecho de que la madre no haya ido a curarse... para no denunciar al hijo. (El Guadalete, 11 Dic 1924)
En el siguiente caso, los gritos de la mujer provocan "alarma social" y acude el vecindario ante las agresiones. El periodista, "suaviza" l escena con expresiones como "atontolinaba" y "pescozones"... Pero ahí están, con pelos y señales, como en el siguiente caso, nombres, apellidos y dirección de los agresores... y de las víctimas, algo impensable hoy día. (El Guadalete, 12 Dic 1924).
La sufrida esposa que va a buscar al marido que no llega a casa a la hora habitual, y sabe que lo encontrará en el tabanco, es, con mucha frecuencia, víctima de las iras de su pareja que, borracho, no duda en agredirla. CAsos como este, hemos encontrado muchos. (El Guadalete, 17 Dic 1924).
Otros dos casos de hombres borrachos que agreden a su mujer, en uno de ellos auxiliada por los vecinos. De nuevo, el tratamiento, entre "gracioso" e indolente, que de la noticia hace el periodista nos da a entender que lo habitual de estos hechos que se denuncian, les hacía ser ya rutinarios y cotidianos sin que se optará por parte de la prensa, por una condena taxativa de estos sucesos. (El Guadalete, 25 Nov 1924).
En este último caso, las causas de la agresión no están claras, aunque presumimos que,como en los anteriores casos, el agresor sería la pareja. (El Guadalete, 7 Nov 1920).
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