Ahora que con la inflación la economía familiar (y la otra) va regular, que el consumo parece que se está conteniendo por la escalada de precios es buen momento para que dejemos a un lado a esos insaciables y agresivos "mercados" exteriores y miremos hacia dentro, hacia lo cercano y más próximo. Es el momento de volver de nuevo la vista a nuestro "mercado interior".
Eso es lo que hemos querido hacer nosotros con este sencillo reportaje que, en clave de humor, queremos compartir con ustedes para promocionar ese rico, curioso y variopinto "mercado interior" que encontramos en cualquier rincón de nuestra campiña.
Frutas y hortalizas, pan, plantas, leña, carbón, miel, aceite, vino... la diversidad de productos que se nos ofrecen hasta en los más recónditos parajes de nuestro entorno es toda una alternativa a tener en cuenta.
Los hay tradicionales y con denominación de origen, como las teleras de Tempul, ese "famoso pan moreno" que desde 1932 se viene horneando en la conocida Venta de Tempul, como reza el
cartel situado a la entrada del establecimiento para que no quede ninguna duda de que estamos en un auténtico "santuario" del pan.
Aunque han desaparecido buena parte de los naranjales que, tan sólo unas décadas atrás, crecían en las huertas de la vega del Guadalete, quedan aún muchos lugares donde podemos comprar naranjas recién cogidas del árbol.. En las cercanías del Boquete del Valle, en La Herradura (junto al Portal), en las proximidades del molino de San Félix, en Arcos, en El Torno de Carranza, en San Isidro...en muchos otros parajes es fácil ver carteles como estos en los que se nos anuncia la venta de naranjas.
Si bien es cierto que la ortografía y la concordancia son en algunos casos mejorables, las naranjas no. Ya sea en singular o en plural, la naranja o naranjas, que se vende o se venden (vean ustedes en las fotografías todas las combinaciones posibles) son de la mejor calidad. Mucho mejores, sin lugar a dudas, que las de Valencia, las del Tesorillo o las de Marruecos.
Otro producto que puede comprarse en muchos lugares de nuestras campiñas y sierras, son los garbanzos. En el Puerto de la Cruz, junto al Alcornocalejo, en el cortijo de El Peral o en el de Jara, en las proximidades de la Viña de Dios, en los llanos del Sotillo, junto a la Torrecilla... en estos y otros muchos rincones podemos adquirir garbanzos de la tierra. Después de recolectar un par de bolsas de tagarninas en el campo... ¿qué mejor que comprar unos kilitos de garbanzos para elaborar una buena berza?
La proliferación de huertos familiares, y las nuevas iniciativas de pequeños huertos urbanos con los que abastecerse, aunque sea parcialmente en estos tiempos de crisis, ha contribuido también a que, junto a los viveros, surjan otros puntos de venta más rústicos, donde se nos ofrezcan plantones de tomates, de pimientos, de berenjenas...
No faltan tampoco las ofertas de miel, polen, jalea real... que algunos apicultores venden también anunciándolo a la entrada de sus fincas, como vemos aquí en las proximidades de Benamahoma, o en el Rancho del Liberal, entre Las Aguilillas y Cuartillo.
Y ahora que el butano, el gas y la electricidad se han encarecido, habrá que volver la vista a los combustibles tradicionales, a la estufa de leña y al brasero de picón... Eso es al menos lo que han pensado estos amigos que anuncian sus productos en nuestro "mercado interior".
Ese mercado donde no podían faltar los productos "cárnicos" más naturales, como los "conejos de monte" o los "pollos de campo" que se nos ofrecen en Caulina o en La Guareña... aunque la ortografía juegue de nuevo alguna mala pasada.
En otros casos en el medio rural nos encontramos con auténticas vallas publicitarias que nos anuncian productos de nuestro mercado interior" que han penetrado ya en el "mercado exterior". Es el caso, por citar sólo algunos, de los aceites de La Torre de Pedro Díaz (cortijo cercano a Gibalbín) o de los vinos de Entrechuelos (Torrecera). Junto a ellos, otros productores, con medios más modestos, ofrece también sus deliciosas ciruelas (frente a Villapesadilla) o sus patatas, sandías, melones...
Pero entre todos los "productos" que se publicitan para la venta en nuestros campos, este es sin duda el más singular de cuantos hemos podido localizar: nada menos que una presa, el segundo mayor embalse de Andalucía, el de Guadalcacín... "Se traspasa esta presa"... De esta manera, los trabajadores denunciaban años atrás, ante la visita del Presidente de la Junta de Andalucía, las precarias condiciones de seguridad y mantenimiento de las instalaciones del embalse. El cartel duró sólo unas horas, y lo "pillamos" de casualidad, allá en 2013. Desconocemos si lo quitaron por que consiguieron enseguida el traspaso anunciado...
(Publicada en 25/04/2013 y reformada con nuevos carteles en noviembre de 2020)
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